jueves, 9 de abril de 2009

Carteles de Cine

En el año 2007 la revista de cine Premiere (la cual hoy en día solo existe en su formato digital) publicó una lista con los 25 mejores carteles de cine de la historia. Aquí recojemos los 10 primeros de la lista:

1. Anatomy of a murder (Otto Preminger, 1959)

2. The sin of Nora Moran (Phil Goldstone, 1933)

3. Vertigo (Alfred Hitchcock, 1958)

4. Downhill Racer (Mitchael Ritchie, 1969)


5. Forbidden Planet (Fred M. Wilcox, 1956)


6. Gilda (Charles Vidor, 1946)


7. 42nd Street (Lloyd Bacon, 1933)


8. Attack of the 50 foot woman (Nathan Jura, 1958)


9. The thief of Bagdad (Raoul Walsh, 1924)


10. 2001: A space odyssey (Stanley Kubrick, 1968)



Algunos mejores que otros pero, ¿se merecen su posición en la lista? Y me gustaría plantearos otra pregunta, ¿cuál es vuestro cartel favorito de toda la historia del cine? :)

Semana Santa, santa semana


- Creo que ha dicho "Bienaventurados los queseros"
- ¿Por qué precisamente los queseros?
- Hombre, no hay que tomarlo literalmente, se refiere a todos los fabricantes de productos lácteos.

La vida de Brian (Terry Jones, 1979)

Desde Stigmata (Rupert Wainwright, 1999) en la que una joven atea sufre las heridas que el mismo Jesucristo padeció durante su cruzifixión, hasta La pasión de Cristo (Mel Gibson, 2004) que relata la pasión y muerte de Jesucristo según el Nuevo Testamento. Sin olvidar La vida de Brian (Terry Jones, 1979) donde, en clave de humor, se cuenta la historia de un niño que nace el mismo día que Jesucristo y es confundido varias veces con el Mesías.

Algunas películas narran al pie la vida de Cristo, pero también hay films sobre vidas de santos e historias que implican a sacerdotes y personas muy religiosas. Que una película trate sobre el cristianismo o incluya referencias cristianas no quiere decir que el director o los protagonistas profesen esta fe. Muchas de las obras que tratan sobre esta religión son de cineastas no creyentes que andaban a la búsqueda de Dios y otras son de directores que utilizan su película como una crítica hacia algún aspecto en particular de esta religión.

 A continuación una pequeña lista con algunas películas que tratan sobre este tema o tocan algún punto relacionado con esta religión:

La pasión de Juana de Arco (Carl Theodor Dreyer, 1928)
El séptimo sello (Ingmar Bergman, 1957)
La túnica sagrada (Henry Koster, 1953)
Ben-Hur (William Wyler, 1959)
El evangelio según San Mateo (Pier P. Pasolini, 1964)
Quo Vadis (Melvyn LeRoy, 1951)
Yo confieso (Alfred Hitchcock, 1953)
Intolerancia (David W. Griffith, 1916)
Historia de una monja (Fred Zinnemann, 1959)
El exorcista (William Friedkin, 1973)
Natividad (Catherin Hardwicke,2006)
Adiós, muchachos (Louis Malle, 1987)
Jesucristo Superstar (Norman Jewison, 1974)
La última tentación de Cristo (Martin Scorsese, 1988)
El Mesías (Roberto Rossellini, 1975)

Imágenes: (1) Fotograma de la película La vida de Brian (2) Fotograma de la película El séptimo sello

martes, 7 de abril de 2009

Bronenósets Potyomkin

Después del triunfo de la Revolución Rusa de 1917, que significa la caída de los zares, la subida al poder de una nueva clase social y la creación de Unión Soviética, tiene lugar una gran expansión artística antes de ser ahogada por la burocracia y la censura que genera el Partido Comunista. En el terreno cinematográfico se ruedan grandes películas, a cuya cabeza se sitúa El acorazado Potemkin (Sergei Eisenstein, 1925) perfecta mezcla de propaganda comunista y expresión artística, pero en precarias condiciones.

Planteada como uno de los ocho episodios que debían integrar una magna producción para conmemorar el veinte aniversario de los sucesos de 1905 que llevan al triunfo de la Revolución, el 31 de marzo de 1925 Eisenstein comienza a rodar en Leningrado el episodio de la huelga general. Basada en un guión de Nina Agadjanova, autorizado por el Comité Central del Partido Comunista, la complejidad de su planteamiento hace que ni el director, ni su equipo estén contentos con los resultados.

El acorazo Potemkin, el único episodio que se completa del proyecto inicial, se convierte en una tragedia en cinco actos con una estructura más musical que dramática. Gracias a no haber un protagonista único, a que un grupo de tipos característicos, elegidos con gran cuidado, se convierte en la masa sobre la que se apoya la narración, y también a utilizar con sabiduría las nuevas técnicas de montaje, Einsenstein logra una perfecta y difícil unión entre ideología y forma.

El film se estrenó el 1 de enero de 1926 en el teatro Bolshoi de Moscú. Tiene un gran éxito y ese mismo año se presenta en Berlín y Nueva York. Pero no todo son buenas noticias para El acorazado Potemkin, la película se convierte en objeto de censuras en muchos países, donde durante décadas permanece prohibida.